La más simple reflexión nos sugiere la idea que deben existir en los arcanos mayores las mismas series que hemos hallado en los arcanos menores. Mas ¿cómo determinar la magnitud de estas series?
Cada uno de los arcanos menores llevaba un símbolo, fácil de referir al conjunto (Bastos, Copas, Espadas y Oros); pero el caso aquí es distinto. Cada lámina representa un símbolo diferente. Por lo tanto no será el simbolismo lo que pueda guiarnos, al menos por el momento.
Además del símbolo, cada lámina traduce una idea. La idea resulta ya una guía mejor, por lo menos es más fácil de clasificar que el símbolo; pero esta guía no ofrece todavía las garantías necesarias, pues se prestará a diversas interpretaciones. Por otra parte, la idea es consecuencia de la acción del símbolo sobre el otro término expresado por la lámina: el número.
Pero antes hagamos una advertencia: Las series que enumeraremos serán las más generales de todas, mas no las únicas.
Esto dicho, consideraremos los cuatro primeros arcanos. Los números 1, 2, 3 y 4 determinan de inmediato la clasificación que deberemos adoptar y la naturaleza de sus términos:
1 corresponde a iod y es por lo tanto "activo".
2 corresponde a hé y es por lo tanto "pasivo".
3 corresponde a vau y es por lo tanto "neutro".
4 corresponde a hé e indica la transición.
Este último arcano, el 4, corresponde al Valet y al 10 de los arcanos menores, por lo tanto constituirá la "iod" de la serie siguiente.
El Ternario
Si deseamos esquematizar el primer ternario, 1, 2, 3, podremos hacerlo así:
El 4, representado por la iod, obrará en presencia del 5 y el 6, del mismo modo como el 1 obra en presencia del 2 y el 3; en consecuencia obtendremos un nuevo ternario:
El Septenario
Si en un ternario existe un término activo = iod, un término pasivo = hé, y un término neutro = vau, ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con los ternarios tomados en conjunto?
El primer ternario corresponderá entonces a iod, término activo; el segundo ternario corresponderá a hé, término pasivo; y el tercer ternario corresponderá a vau, término neutro, resultado de 1; acción del primer ternario sobre el segundo.
Representemos todo esto:
Además del símbolo, cada lámina traduce una idea. La idea resulta ya una guía mejor, por lo menos es más fácil de clasificar que el símbolo; pero esta guía no ofrece todavía las garantías necesarias, pues se prestará a diversas interpretaciones. Por otra parte, la idea es consecuencia de la acción del símbolo sobre el otro término expresado por la lámina: el número.
Pero antes hagamos una advertencia: Las series que enumeraremos serán las más generales de todas, mas no las únicas.
Esto dicho, consideraremos los cuatro primeros arcanos. Los números 1, 2, 3 y 4 determinan de inmediato la clasificación que deberemos adoptar y la naturaleza de sus términos:
1 corresponde a iod y es por lo tanto "activo".
2 corresponde a hé y es por lo tanto "pasivo".
3 corresponde a vau y es por lo tanto "neutro".
4 corresponde a hé e indica la transición.
Este último arcano, el 4, corresponde al Valet y al 10 de los arcanos menores, por lo tanto constituirá la "iod" de la serie siguiente.
El Ternario
Si deseamos esquematizar el primer ternario, 1, 2, 3, podremos hacerlo así:
El 4, representado por la iod, obrará en presencia del 5 y el 6, del mismo modo como el 1 obra en presencia del 2 y el 3; en consecuencia obtendremos un nuevo ternario:
El 7 actúa aquí del mismo modo como actuaba antes el 4; lo mismo ocurrirá con todas las series de los arcanos.
El Septenario
Si en un ternario existe un término activo = iod, un término pasivo = hé, y un término neutro = vau, ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con los ternarios tomados en conjunto?
El primer ternario corresponderá entonces a iod, término activo; el segundo ternario corresponderá a hé, término pasivo; y el tercer ternario corresponderá a vau, término neutro, resultado de 1; acción del primer ternario sobre el segundo.
Representemos todo esto:
La clave de los Arcanos mayores
El 7 constituirá entonces el elemento
de transición entre un septenario y el que le sigue. Si ahora fijamos las
relaciones de este primer septenario o "iod-hé-vau-hé", obtendremos:
De paso hagamos resaltar una observación
importante: el 4 no es otra cosa que el 1 considerado negativamente, del mismo
modo que el 5 es el negativo de 2 y el 6 el negativo de 3. Por lo tanto se
trata siempre de un mismo número considerado en diversos aspectos.
Hemos pues determinado un primer
septenario formado por la oposición de dos ternarios. También hemos visto
reproducir en este septenario la ley "iod-hé-vau-hé".
Segundo
septenario
Lo que es verdadero para el primer
ternario debe serlo también para los demás, continuando con el procedimiento
propuesto obtendremos un segundo septenario así formado:
Mas si dos ternarios obran respectivamente como positivo y negativo, ¿no
ocurrirá lo mismo con los dos septenarios?
El primer septenario, considerado en conjunto, será entonces
positivo con relación al
segundo, el cual será negativo respecto del primero.
El primer septenario corresponde a iod y el segundo a hé.
Tercer
septenario
Está formado del siguiente modo:
Tendremos en definitiva:
1°
Un septenario positivo = iod
2°
Un septenario negativo = hé
3°
Un septenario neutro = vau
Los últimos tres términos forman el último ternario,
ternario de transición entre los arcanos mayores y los menores, ternario
correspondiente a la 2° hé, y que puede ser representado así:
La última lámina, que debería llevar el No 22 según la
correspondencia hebraica, cierra el Tarot con una maravillosa figura que
traduce su íntima constitución, para quien sepa comprenderla. Ya volveremos
sobre esto.
En definitiva, la Gran Ley está representada en los Arcanos
mayores de la siguiente manera:
El último ternario representa la transición entre los
Arcanos mayores y menores.
La relación existente entre los Arcanos mayores y menores será vista en el próximo capítulo:
La relación existente entre los Arcanos mayores y menores será vista en el próximo capítulo:











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